El caso del policía acusado de matar a tres personas que era protegido de sus superiores en Oberá


El cabo de la Policía de Misiones Víctor Dlugokinski fue detenido hoy en un hotel de la ciudad de Porto Alegre, Río Grande do Sul, tras permanecer dos días prófugo como el principal sospechoso del doble homicidio del paraje Puerto Rosario. Los investigadores le venían siguiendo los pasos desde el domingo, cuando fueron hallados los cadáveres en descomposición de Olivia Márquez (46) y su concubino Sandro Leiva (40). Las víctimas fueron enterradas en una fosa en la propia chacra de Dlugokinski.

Por estas horas, la principal hipótesis del crimen indica que la pareja habría sido testigo o sospechaba de la responsabilidad del policía en la muerte de su propio padre, quien falleció quemado en el incendio de su casa hace diez días. Las pruebas en su contra serían concluyentes y habría contado con la complicidad de un hermano y un primo. Y los parentescos no terminan ahí, ya que la señora Márquez era tía del cabo. 

Tampoco es la primera vez que Dlugokinski aparece en un expediente judicial, puesto que años atrás fue denunciado por un primo que lo acusó de tratar de matarlo a tiros luego de un accidente que tuvo su hermano. Por esa denuncia fue puesto en disponibilidad por la Policía y le retiraron el arma.

Luego de aquel hecho comenzó a realizar tareas de mantenimiento en la finca de oficiales de Oberá, donde consolidó una relación con varios de ellos. Así, tal vez se creyó parte de una “élite”, tal vez se creyó intocable. Limpiaba y arreglaba, era el mandadero; pero usaba la pileta y se codeaba con oficiales. Favor va, favor bien. Ya se sabe. 

Ahora, ante la contundencia de las pruebas en su contra y las sospechas de parricidio, su caso grafica el riesgo que implica la permanencia en la fuerza de sujetos con prontuario y causas penales, como hay tantos en la jurisdicción de la Unidad Regional II de Oberá, quienes tienen la posibilidad de armar pruebas, presionar a víctimas y testigos e interferir de innumerables formas en los casos que investigan o los perjudican.

Blindaje serial 

Paradójicamente, cuentan que el cadete de Policía que posó en Tecnópolis con la cabeza dentro de las fauces de un dinosaurio fue duramente sancionado por el chiste y analiza pedir la baja. Puede ser que el reglamento no lo permita, pero hizo cosa de un muchacho de su edad y no lastimó a nadie. Por el contrario, muchas veces la Policía de Misiones ofrece blindaje institucional y destina recursos para defender a policías acusados de delitos graves. Incluso, abogados de la fuerza los defienden en causas penales por apremios ilegales, incumplimiento de los deberes, etc. Son extraños los parámetros que usan para sancionar. 

Ejemplos del blindaje sobran. La semana pasada volvió a suspenderse el inicio del debate oral y público que tiene como imputado al policía Pedro de Mattos por “privación ilegítima de la libertad y lesiones leves en concurso real”. El mismo sujeto es uno de los trece acusados por el brutal homicidio de Hugo Miguel Wasyluk (38), cuyo cuerpo sin vida fue hallado en una celda de la Seccional Primera en abril del 2011, causa que aún ni siquiera fue elevada a juicio. De Mattos recurrió a un defensor particular, quien además es comisario inspector de la Policía de Misiones, con prestación en la UR II. El mismo abogado patrocina a varios policías imputados por privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales, vejaciones e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Entre otras causas, está a cargo de la defensa de varios de los imputados por el homicidio de Wasyluk. También asiste al subcomisario Gustavo Ariel Sánchez, actual jefe de la Seccional Tercera de Oberá, y al oficial principal Enrique Arenhardt, titular de la Comisaría de Dos de Mayo, ambos acusados de “vejaciones y apremios ilegales en actos de servicio”. En tanto, para el 25 de abril está previsto el debate oral y público de una causa contra el sargento primero José Almiro Goulart, acusado de los delitos de “privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales y falsedad ideológica de documento público calificado”. La defensa del uniformado está a cargo del mismo abogado-comisario. Actualmente, Goulart se desempeña en la Dirección Jurídicos de la Jefatura de la Policía.

¿Cuánto tendrán que ver este tipo de cuestiones para que el desprestigio de la Policía de Misiones aumente cada día? ¿No será hora de terminar con los “dinosaurios” de la fuerza? Ya apuntalaron a un asesino serial ¿Qué más están esperando?




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