Asistió a un parto con un cuchillo de cocina y el cordón de un borceguí


En diciembre, el suboficial mayor Ramón Piris (53) se retiró de la Policía de Misiones luego de 30 años de trayectoria donde se destacó por su vocación y responsabilidad. Para él, servir y proteger no fue un slogan, fue el principio que guío sus pasos dentro de la institución.

Durante los últimos años de su carrera se desempeñó como encargado de patrulla del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II, una de las dependencias con mayores requerimientos de la fuerza.

En la madrugada del 2 de junio del 2014 regresa de un operativo cuando desde la base le notificaron que en Caballeriza requerían asistencia para una mujer que estaba a punto de dar a luz y la ambulancia del Hospital Samic no llegaba. 
"En ese entonces yo vivía con mi mamá y una hermana. A la madrugada empecé con dolores y a eso de las 5 rompí bolsa. Ahí llamamos a un remisero conocido, pero había viajado a Posadas. Entonces llamamos al Samic y la ambulancia tardaba, por lo que mi mamá llamó a la Policía y enseguida vinieron", recordó María Vera Rossner (24). 

Por su parte, Piris comentó que al llegar a la esquina, sobre calle Portugal, estaba la hermana haciendo señas y les mostró el camino hasta la casa.

"Entramos y María estaba en el baño, sentada sobre la tapa del inodoro. El bebé ya estaba naciendo y la mamá le ayudaba. Ahí decidí cortar el cordón umbilical. Le pedí a la hermana que me traiga un cuchillo de la cocina y una botellita de alcohol para desinfectar; medí el cordón con cuatro dedos de mi mamo y corté. A mi compañero le pedí algo para atar y sacó el cordón del borceguí, y con eso nos arreglamos. Le envolvimos al bebé en una colcha y salimos para el hospital”, revivió. 

Al salir del barrio el móvil patinó, pero lograron salir y al llegar a la calle Río Colorado observaron que venía la ambulancia, aunque “le dije al chofer que siga nomás, mientras yo le hablaba al bebé y le decía a la mamá que esté tranquila, que ya llegamos", rememoró.

Gratitud eterna 

Apenas llegaron al Samic, Piris trasladó al bebé hasta la guardia y comentó lo sucedido a una enfermera, quien le indicó el camino hacia el área de neonatología. “Corrí por ese pasillo porque me preocupaba el ronquido del bebé. Por suerte todo salió bien”, comentó satisfecho.

Por su parte, la madre recordó los minutos posteriores al arribo, cuando el recién nacido quedó en manos del personal y médicos. “Yo le quería ver y pregunté por mi bebé. Al ratito salió una enfermera y me dijo: te felicitó mamita, es una hermosa criatura. Pesó 3.400 kilos y siempre fue súper sanito”, subrayó orgullosa. 

La mujer y su pareja se mostraron agradecidas por el proceder del suboficial mayor y la patrulla del Comando, hace casi tres años, y aseguró que cuando Silvio sea más grande le contará la historia de su héroe.

“No mucha gente tiene el coraje de hacer lo que don Piris hizo aquella vez. Muchas veces la gente critica a los policías, pero hay muchos que son muy buenos y hacen cosas para ayudar a la gente. Hoy mi hijo es sanito gracias a él y sus compañeros”, remarcó emocionada.




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