Retrato de un asesino y violador que podría pasar hasta 50 años en prisión


“Cuando la conocí, Evangelina era una mujer linda y gordita, alegre. Pero después de convivir un tiempo con mi hermano, se puso flaca y enferma. Él la golpeaba mucho, tampoco le dejaba comer. Le negaba la comida”, declaró Rosa Dos Santos durante el juicio contra su propio hermano, Nelson Dos Santos (43), condenado a prisión perpetua por el homicidio de su ex concubina, Evangelina Inés Romero (24).

Si bien la testigo tenía la posibilidad de abstenerse por ser familiar directo del imputado, como le explicaron previamente, quiso dar su versión ante el Tribunal Penal Uno y sus dichos avalaron la opinión que tenían vecinos y otros allegados del acusado.

“Siempre fue una persona muy violenta”, aseguró Rosa ante los jueces, al tiempo que mencionó que la propia víctima le comentó sus padecimientos a manos de su pareja. “Me contó que la golpeaba y que no la dejaba comer. Le daba golpes de puño, patadas y a veces le pegaba hasta con palos, pero me pidió que no cuente nada a nadie porque iba a ser peor. El gurisito más grande de ella, que es hijo de otro señor, también le tenía mucho miedo. Y las nenas de él eran muy reservadas, casi no hablaban”, detalló la testigo.

Durante el juicio no sólo quedó probado que el condenado golpeaba y negaba alimentos a su concubina, lo que derivó en un severo cuadro de desnutrición y una falla multiorgánica que le ocasionó la muerte, sino que además era violento con sus hijos, sus vecinos y otros familiares.

Se confirmó que poseía varios antecedentes penales y que una ex concubina ya lo había denunciado, lo que se tradujo en una prohibición de acercamiento por dos años. La misma mujer lo acusó por abuso sexual a su hija de 7 años, lo que se relaciona con una reciente condena de 15 años por abuso sexual con acceso carnal a su propia hija de 13. Éste último hecho salió a la luz tras el deceso de Romero, ya que una vez que su progenitor fue detenido, la menor le contó lo sucedido a su abuela y ella radicó la denuncia. El sujeto reconoció su culpabilidad en juicio abreviado.

A pedido de la fiscalía, el Tribunal analiza la posibilidad de unificar la condena a prisión perpetua con los 15 años por abuso, por lo que Dos Santos podría acumular 50 años tras las rejas.

Salvó a sus hijos 

Romero fue internada el 2 de abril del año pasado y falleció cuatro días después, en el sector de terapia intensiva del Hospital Samic. En el juicio oral quedó plasmada la importante intervención de la trabajadora social Mirian Yaciuk, quien se entrevistó con la paciente un día antes de su deceso, ya que Romero rogaba atención para sus hijos. De lo contrario, tal vez el crimen hubiera quedado impune y las criaturas habrían quedado a merced del depravado. Yaciuk fue quien alertó del caso a la Línea 137 de atención a las víctimas de violencia, desde donde radicaron la denuncia policial que derivó en la detención del asesino. Además, declaró que luego de esa primera entrevista, el 5 de abril, confirmó que ese mismo año la paciente ya había estado internada dos veces en el mismo nosocomio. “Incluso, la enfermera se acordaba que le dieron el alta pero ella no se quería ir a la casa porque tenía mucho miedo de su pareja”, declaró Yaciuk. Sus dichos ponen la lupa sobre la responsabilidad que habrían tenido profesionales del Samic que atendieron previamente a la víctima y no lograron identificar o minimizaron el riesgo que corría con Dos Santos. “Este mujer no tendría que haber muerto. Se pudo haber evitado”, deslizó una fuente del caso, que también lamentó que Romero no tenía contención de su familia.

Golpes y hambre 

En su alegato, la fiscal Estela Salguero de Alarcón solicitó la pena de prisión perpetua, ya que consideró que los testigos acreditaron que Dos Santos golpeaba a la mujer y le negaba alimentos. “Todos concluyen que padecía una desnutrición severa y no se pudo reponer. Fue mucho para su cuerpo y la llevó a la muerte. Y Dos Santos es el responsable. Evangelina fue llevaba al hospital porque si no, se iba a morir adentro de la casa”, agregó. Y agregó: “No tengo dudas de que no se le movió un pelo por negarle comida a su mujer y dejarla morir de hambre”. Por su parte, los psicólogos que horas antes del deceso se entrevistaron con la víctima en el sector de terapia intensiva del Samic, coincidieron que les contó que su concubino la golpeaba de manera frecuente. Asimismo, les insistió para que asistan a sus hijos, quienes por esas horas estaban a cargo del presunto homicida, en el barrio Caballeriza. “La encontramos muy desmejorada y apenas podía hablar. Dijo que su concubino la golpeó mucho. Estaba tapada, pero se veían los golpes en la cara y el cuello. Estaba muy preocupada por los hijos y que nos fijemos si llevábamos comida, porque el concubino iba comer todo y no les iba a dar a los chicos”, detalló la psicóloga Andrea Romano, quien radicó la denuncia formal contra el acusado.

Negador serial 

Nelson Dos Santos nunca había declarado antes del juicio. En cambio, en la primera jornada negó todos los cargos y en el cierre del debate volvió a hacer uso de la palabra. Se mostró impasible, sin rasgos de arrepentimiento ni culpa. Declaró que convivió dos años y dos meses con la víctima y aseguró que nunca la golpeó ni la hizo pasar hambre. Incluso, mencionó que al momento de su detención “había 3600 pesos de mercadería en la heladera de casa”, aunque luego se probó que vivían en la miseria absoluta y ni siquiera tenían heladera. Varios testigos confirmaron que el sujeto no trabajaba, mientras que él reconoció que criaba y venía gallos de riña y revendía cigarrillos de contrabando. En tanto, cuando le preguntaron si poseía antecedentes penales y dijo que no, cuando en realidad tiene varias causas en su haber, entre ellas dos por abuso a menores. Tras la sentencia, el condenado fue trasladado a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul.



(Foto, gentileza Luciano Ferreyra)

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